Thursday, April 5, 2018

Hasta los perros se enamoran

Es un titulo muy gracioso, es de una canción (de reggaeton, no me critiquen), pero teniendo en cuenta que la semana pasada me di cuenta mediante una encuesta que hice en instagram que la gente me considera "perro", no esta de más el título. Estaba, últimamente, en un punto en que sentía que ya no lograría enamorarme, habia conocido muchas mujeres y tenido citas con ellas (entre otras cosas) y, lastimosamente, ninguna había logrado cautivarme de una manera que yo dijera: "uffff, esto es amor". Llegaba al capricho a querer estar con alguna de vez en cuando, sentía que me gustaba, pero no era ningún sentimiento del otro mundo.

Sentía que me había vuelto muy exigente, todas las mujeres tenian su pero: "muy inmadura, muy fea, no va al gym, muy bajita, habla feo..." Entre otras mil razones para no estar con ellas. Y si alguien lograba como pasar esa barrera del gusto, eran muy miedosas (Paola y Aleja, por ejemplo). Me llegué incluso a crear un prototipo de mujer, básicamente debía estudiar, hacer deporte, ir al gym, leer, juiciosa, que no tuviera vicios que me fastidien, entre otros detalles. Paola los cumplía todos, pero faltó el más importante: a la hora de hablar, no me sentía enamorado; yo soy, medianamente, buen conversador, por ello siempre había de que hablar, sin embargo, no había magia en las conversaciones. Nunca podré explicar lo que pasó con Alejandra, pero me dijo que tenía mucho miedo y eso a mí no me gusta, desde entonces metí en mi lista que no podian ser miedosas.

Les contaba a mis amigos que el amor ya no era para mí, que me había vuelto muy independiente y tenía expectativas muy altas que las mujeres no lograrían cumplir. Ahora viene el giro del cuento, llegó de la nada, de un entrenamiento de fútbol, a dónde sólo voy a ser yo por un rato; no fue de Tinder, no fue en el gimnasio, no es amiga de un conocido, no me escribió diciendo que quería conocerme, sólo salió de la nada. Y lo más interesante, va al gym, hace deporte, pero tambíen hay cosas que nos diferencian mucho, mejor dicho, tiene la mitad de las cosas que me encantan y la mitad de las cosas que no soporto, y según mis amigos, es linda, pero quieren una mujer más hermosa para mí. Lo chistoso es que no me importa y se los digo y les cuento de ella de una manera que me terminan diciendo: "Dani, te creo. Estoy feliz por ti". Ella me saca la rabia, me saca sonrisas, hace que el resto de mujeres no se vean tan lindas, hace que quiera estar con ella todo el tiempo, a pesar de que me gusta estar solo, ella me dio donde era... En el corazón. Y la lista que tenía... No sirvió para nada.

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