Tenemos recuerdos basados en lo que nos dicen, pensamos en otros diálogos, en cosas que pasan alrededor, en nuestros problemas, prestamos tanta atención que nos quedamos en cualquier detalle, todo influye en la conversación, hasta el simple tono de voz nos llama o nos hace divagar. La escucha no es respeto o interés, es una habilidad, de las que nadie puede dominar absolutamente. La única manera de ser un excelente oyente, sería bloquear las distracciones y tener mucha concentración, lo comparo como alguien que tiene insomnio practique el dormirse rápidamente (me han pasado ambas). Te concentras tanto en dormir que te estresas, empiezas a pensar: "debo relajarme", pero no es tan sencillo como decirlo, de ahí piensas: "¿qué me relaja?" te respondes: "las ovejas", luego piensas que las ovejas se parecen a las nubes,las nubes negras, recuerdas que ese día llovió y te mojaste, te mojaste debido al agua, el agua te da ganas de orinar, vas baño y adiós concentración.
Así pasa en la escucha: "El profesor hizo un comentario muy sarcástico sobre los deportes, ¿será que no le gustan?, yo creí que le gustaría, siquiera, el fútbol; hablando de fútbol, ahora entreno, ojalá me vaya bien, pero debo comer primero porque si no, me desmayo... ¡tengo que prestar atención!... ahhh ya cambió de tema, ¡qué pereza!, dijo tarea, ¿cuál tarea? le voy a preguntar a Diego". Después de esto le pregunto a Diego sobre la tarea, o sea, lo distraigo, de ahí el profesor nos ve y nos regaña. Posterior al regaño el profesor empieza a hablar sobre lo irrespetuosos que somos y hace un sermón sobre la escucha.
Este corto texto es la excusa que tengo para decir porque no escucho, pero es que mi mente es muy activa, antes agradézcanme que escucho algo, ja, ja, ja
