Esto lo descubrí hace tiempo ya, y desde entonces, vivi sabiéndolo. Lo que más me ha falla a mí es, o la familia o el amor, el resto como que lo mantengo bien, incluso el aspecto económico que siempre es tan problemático. Sabía que si en la casa estaba todo perfecto, algo por fuera se iba a dañar o que si conseguía un nuevo amor, algo iba a pasar.
Sin embargo, esta semana se me junto todo, perdí peso, no le estoy dando al gym seguido, tengo mil trabajos en la universidad, la niña que me gusta me dijo que no quería nada serio, mi abuela se fue de vacaciones (o sea que debo hacer todo en la casa)... Mejor dicho, estoy tirado. Un buen ejemplo de eso es que yo soy muy obsesivo y organizado, pero en este momento, hoy lunes, estoy haciendo la entrada al blog que tenía que hacer ayer; no he comido, mi casa está sin barrer y tengo sueño, tanto que no fui a entrenar, si me lee un conocido sabrá que, para mí, es un pecado saltarme un entrenamiento.
Al menos, esta semana estoy mejor, la pasada tenía ganas hasta de llorar. Hace años no me sentía tan deprimido. Mis amigos me intentaron animar diciendo que yo era fuerte, juicioso, que soy alguien luchador... y, en realidad, es verdad, he pasado por cosas horribles. Pero, uno en un momento maluco, no cree en nada de eso, el sentimiento de melancolía y la tristeza ganan, somos seres de emociones.
La conclusión de esta entrada no es ninguna en especial, solamente quiero desahogarme. Creo que sí es verdad que sirve escribir los sentimientos, se siente un desahogo, quedas más calmado. Gracias al que me lea, me siento escuchado y eso es muy alentador.
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